Hola amig@s. Para todos aquellos que no tenéis acceso a nuestro periódico local El Nuevo Arroyo, aquí colgamos el artículo que publicamos en su día hablando sobre las heridas.
Como no todo es prevenir, vamos a tratar temas del día a día, muy básicos pero no menos interesantes y motivo de muchas consultas elementales en la clínica diaria. Vamos a empezar por aclarar cómo debemos actuar ante una herida.
De entrada, y una vez más, hay que tirar por tierra una leyenda urbana mítica como es que los perros NO se curan las heridas mediante el lamido, al contrario, en muchas ocasiones lo que hacen al lamerse es sembrar de bacterias que se alojan en su boca por toda la herida. Por lo tanto, ante la presencia de una herida, no debemos esperar a que se la curen ellos mismos, debemos actuar, al menos de manera proporcional a la gravedad de la misma.
Independientemente del origen de la herida, hay siempre tres cosas que debemos hacer y que nunca perjudicarán a nuestra mascota, se trata de 3 normas básicas que no nos cansamos de repetiros en La Clínica Veterinaria La Flecha:
Primera: rasurar el pelo de alrededor. Debemos ver la herida en toda su extensión. Habrá ocasiones en que nos sorprenderemos del alcance de la herida al rasurar el pelo, por ejemplo en el caso de ezcemas. El pelo solo puede complicar más la herida, favoreciendo la infección. El pelo, junto con las secreciones y la sangre provocan un taponamiento de la herida que impide que podamos actuar correctamente sobre ella, complicando la cicatrización y la cura.
Segunda: curar la herida con antisépticos o pomadas con antibiótico. Lo más importante para que la herida se resuelva de manera favorable es evitar que se infecte. Los estudios demuestran que el mejor antiséptico es la clorhexidina, aunque un derivado yodado de toda la vida también es adecuado. Sin embargo el agua oxigenada ofrece ciertas dudas sobre su eficacia ya que actúa “quemando” las bacterias mediante oxígeno, pero también el tejido donde se encuentra la herida. Para lavar la herida, no hace falta complicarse con suero fisiológico, yodo rebajado en agua a 1/10 puede ser más útil.
Tercera: no dejar que se forme costra, o al menos esa costra gruesa que impide que el antiséptico llegue hasta la superficie de la herida y que dificulta una correcta cicatrización. Ante la típica costra gruesa, lo mejor es retirarla para poder actuar directamente sobre la herida. Cuántas veces pensamos que lo estamos haciendo bien depositando yodo encima de la costra, y al levantar dicha costra descubrimos que debajo lo que hay es una herida infectada y con pus.
Otra cosa importante, ante una herida, no queramos correr con pomadas cicatrizantes. Una herida debe curar a su ritmo, no por estimular la cicatrización curará más rápido. O dicho de otra manera, ya podemos estimular mucho la cicatrización, que si la herida se infecta, no cicatrizará nunca. La desinfección es prioritaria.
Una particularidad, las heridas por mordisco. Atención a los mordiscos, revisad bien la piel del animal ya que en ocasiones una herida por mordisco puede pasar del todo desapercibida ya que en ocasiones no sangran en absoluto, pero el peligro de haber sido sembrada de bacterias está ahí, y al cabo de unos días nos podemos encontrar con la desagradable sorpresa de que donde nuestro animal fue mordido, ahora aparece una masa con un contenido líquido y purulento, un absceso. Las heridas por mordisco hay que considerarlas siempre infectadas y ante la duda, deberemos hacer uso de antibióticos, sea en pomada, vía oral en comprimidos, inyecciones,… Si vais a utilizar una pomada que tengáis en casa, aseguraos que no contenga antiinflamatorios de tipo corticoide, están contraindicados en estos casos.
En fin amigos, confiamos en que una vez más este artículo os sea muy útil y sirva para que al menos tengáis los conocimientos básicos para actuar ante una herida. Después, si el tema es serio, siempre nos tendréis a vuestra disposición en la Clínica Veterinaria La Flecha.