Ante el nuevo brote de tos de las perreras al que nos estamos enfrentando estos días en nuestro municipio, hemos decidido recuperar el artículo que sobre este tema, publicamos en El Nuevo Arroyo hace ya unos cuantos meses.
Hola amig@s, hoy vamos a hablar de un problema muy típico de los perros en estas fechas, ahora que todavía el invierno nos esta castigando a todos. Se trata de la tos de las perreras, aunque puede tener otras denominaciones.
«El propietario suele confundirlo con algún hueso o astilla clavada en la garganta»
Se le llama así por ser una enfermedad muy típica de perreras, residencias, criaderos, es decir, de lugares donde los perros viven agrupados y las posibilidades de contagio son muchas.
Lo identificareis muy rápidamente porque vuestro perro, pese a estar contento, activo como siempre y no haber perdido el apetito, tendrá un tos seca exagerada, hasta el punto que lo primero que pensaréis es que en un descuido vuestro, os ha cogido un hueso del cubo de la basura o de la calle y lo tiene atravesado en la garganta, comentario típico cuando acudís al veterinario asustados por lo escandaloso de la tos. También es muy habitual que la tos sea tan fuerte que se acompañe al final de regurgitaciones de saliva, que no vómitos, como es frecuente confundir.
«No debemos confundir las regurgitaciones de saliva en esta enfermedad, con los vómitos propios de problemas digestivos»
Este proceso es principalmente vírico, aunque complicado en ocasiones por alguna bacteria, por lo tanto, al igual que ocurre con nuestros catarros, tendremos que conformarnos con recurrir al tratamiento sintomático cuando la situación lo haga necesario. Los antitusivos son poco eficaces, y los antibióticos inútiles salvo complicaciones. Solo los antiinflamatorios resultaran un alivio para la irritada garganta de nuestra mascota. Algo que siempre deberemos hacer será recurrir a las medidas paliativas a la espera de que sus defensas den buena cuenta de dichos gérmenes. Estas medidas serán evitar el ejercicio o situaciones de estrés que les provoquen la tos y fluidificar las vías respiratorias mediante humidificadores o hidratando todo los posible el entorno donde se encuentre el perro con trucos como poner recipientes con agua en radiadores o regando las plantas de casa.
«Lo mas probable es que nuestro perro se haya contagiado de otro perro enfermo»
En cualquier caso, se trata de una enfermedad altamente contagiosa entre perros. Muy posiblemente nuestro perro se haya contagiado por estornudos, saliva y contacto con un perro enfermo, por lo que nosotros deberemos evitar el contagio a otros perros, aislandolo dentro de lo posible, al menos hasta una semana después de terminar los síntomas. Todos sus colegas se lo agradecerán.
«La vacuna es una buena alternativa en los perros que padecen este problema en cada brote epidemiológico»
Por último señalar dos cosas, la primera, que debemos estar tranquilos ya que, por supuesto esta enfermedad no es contagiosa para el ser humano, y la segunda, que si nuestro perro es propenso a coger esta enfermedad, es muy recomendable vacunarle frente a ella, ya que existe una vacuna para controlar este proceso, de la misma manera que existe en las personas para evitar la gripe. Sin embargo, a este respecto cabe añadir una puntualización. No todas las vacunas tienen el mismo grado de eficacia y protección, depende sobre todo de su composición, por lo tanto es muy recomendable pedir consejo a vuestro veterinario de confianza para que en caso de vacunar, los hagáis con la mayor garantía posible.
Por lo tanto amigos, la próxima vez que oigáis la expresión «tos perruna», podréis saber a lo que se refiere.
Imagen principal extraida de Pixabay.com
Imagen en la noticia de Yoel Ben-Avraham – Licencia Creative Commons BY-ND