Atención, una amiga de la clínica nos ha avisado que en el entorno del Pinar de Antequera ha visto este sábado gran cantidad de procesionarias.
Se trata de algo verdaderamente extraño ya que esta no es, para nada, la época en la que dicha oruga desciende de los pinos para enterrarse en el suelo, que es cuando resulta peligrosa tanto para perros como para personas. No sabemos encontrar una explicación razonable a este suceso, pero hemos creído muy conveniente hacerlo público para que todos estéis al tanto y toméis precauciones.
Para mayor ayuda, aquí os facilitamos el artículo que sobre este tema, publicamos en El Nuevo Arroyo, hace ya unos cuantos meses.
LA PELIGROSA PROCESIONARIA
Hola amig@s. Ahora que empieza la primavera y que llevamos unos días con un tiempo magnífico, todavía estamos a tiempo de advertiros de un tema peligroso para vuestros perros en esta época del año. Se trata de una peligrosa oruga típica de los pinos y que, nombre científico aparte, se la conoce como PROCESIONARIA. Podréis identificarla rápidamente porque se aloja en unas bolsas blancas algodonosas en los pinos. En su interior se encuentra esta peligrosa oruga que por las noches sale a comer las hojas del pino, pero que cuando llega el momento óptimo, que es a finales de invierno o comienzos de la primavera, desciende por el tronco del árbol para ir a enterrarse en suelos arenosos. Este viaje, lo realizan todas las orugas de la bolsa en grupo y en hilera, de ahí el nombre de PROCESIONARIA. Pues bien, este momento es el de mayor peligro para nuestras mascotas, incluido los gatos que tienen posibilidades de salir al exterior. Esto es así porque dichas orugas disponen de una especie de dardos o pelos llamados tricomas, con una sustancia tóxica en su interior llamada taumatopeína. Si la oruga es agitada o sacudimos la bolsa donde se encuentran alojadas, los dardos se dispersan por el aire o entran en contacto con la piel cuando un perro las lame o las toca. Dicho contacto provocará una reacción tóxica muy semejante a una reacción alérgica grave, con síntomas diversos en función de la zona de contacto. Así, si el perro las da un lametazo aparecerá inflamación de labios y lengua, hasta el punto de que abrir la boca resulte doloroso. Veremos congestión y enrojecimiento de piel, con picor intenso si las tocan con alguna zona del cuerpo. Toses, estornudos o dificultad para respirar si los pelos de la oruga han sido inhalados. E incluso si estos pelos tocan los ojos, pueden producir conjuntivitis.
Bien, ya sabemos reconocer la oruga y tenemos conocimiento de su enorme peligro. Pero si no hemos podido evitar el accidente y nuestro perro empieza a manifestar los síntomas, ¿qué podemos hacer? Pues realmente poco, partiendo de la base que lo mejor que podemos hacer es prevenir el accidente y evitar las zonas donde habita la oruga, en el caso de que nuestra mascota haya entrado en contacto con los pelos de la oruga, lo mejor será acudir inmediatamente al veterinario más próximo. Reconoceremos que algo serio está pasando porque nuestra mascota tendrá un picor intenso en la zona de contacto o saliveará y estará continuamente dando lametazos si ha tocado la oruga con la lengua. Ahora bien, hasta que pueda ser atendido por un veterinario, podemos tomar medidas como lavar (nunca frotar) la zona de contacto con agua caliente, para intentar retirar los pelos de la oruga e inactivar la toxina. Pensad que las consecuencias pueden llegar a ser tan serias como que pierda un trozo de lengua, o labios, además de tener unos dolores horribles, y por supuesto en el peor de los casos, la muerte por asfixia, se trata de una urgencia.
Para finalizar, un consejo, ante la presencia de una bolsa con orugas en un pino de nuestros jardines, o de una procesión de orugas, sería muy aconsejable comunicarlo a los servicios de jardinería de nuestro municipio para que se hagan cargo de ellos de una manera profesional.
Una vez más, confiamos en que este artículo os sea muy útil y que podáis disfrutar de la primavera con mayor tranquilidad.