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Os presentamos el último artículo publicado por la Clínica Veterinaria La Flecha en el periódico local. Confiamos en que os guste y sea útil.

Hola amig@s. El reciente paso por el periodo navideño nos ha alertado sobre un tema muy frecuente y que hasta ahora no habíamos tratado en estos artículos, hablamos de los procesos digestivos que cursan con vómitos y diarrea.

Hemos pensado que el tema es tan frecuente, interesante y práctico, que aunque podríamos resumirlo de manera muy escueta y sintética, seguro que todos desearéis una información más detallada al respecto. Por eso en este primer capítulo hablaremos de las causas, los síntomas y las primeras medidas a ejecutar. En un segundo capítulo hablaremos de cómo tratar las diarreas hasta su total curación.

Muchas son las leyendas populares que giran en torno a este tema y muchos los remedios caseros que se aconsejan. Vamos a tratar de aclarar estos aspectos y poner los puntos en su sitio, como es nuestra costumbre en estos artículos.

LAS CAUSAS

Son muchos los motivos por los cuales nuestra mascota puede padecer vómitos y/o diarrea, desde agentes infecciosos hasta intoxicaciones, pasando por lo más cotidiano, los cambios bruscos de alimentación, la ingestión de todo tipo de porquerías que algunos de nuestros perros recogen por la calle, y algo muy habitual, las comidas caseras sean restos o menús completos. Salvo casos muy concretos, es una pérdida de tiempo romperse la cabeza en indagar el origen del problema, ya que el tratamiento finalmente será el mismo para todos estos casos.

LA PRESENTACIÓN

Obviamente nos encontraremos con vómitos y diarrea, generalmente empezando por lo primero, y pasando a las pocas horas o incluso minutos a la diarrea, aunque naturalmente podemos encontrarnos solo vómitos, o lo que es más frecuente, solo diarrea. Es importante tener presente el aspecto, frecuencia y volumen de esos vómitos y diarreas para aportar información al veterinario en caso de que sea necesaria la ayuda del mismo. Tened presente algo importante, y es que siempre debilitará más a nuestra mascota la presencia de los vómitos que de la diarrea, y por lo tanto será lo primero que deberemos intentar cortar.

Por otro lado, no es extraño encontrarnos con la presencia de algún hilo o gota de sangre fresca en la diarrea, sobre todo si esta viene arrastrándose desde hace un tiempo. Esto no deberá alarmarnos, pero si será un motivo para solicitar la ayuda de nuestro veterinario.

CONTRA LOS VÓMITOS

Se trata de lo primero que tendremos que intentar controlar. Para ello debemos tener claro que los vómitos son la prueba de que el estómago no está en buenas condiciones, por lo tanto la mejor medida que podemos tomar será no introducir nada por boca, y nada es nada, ni agua. El dicho popular que aconsejo dar suero oral y otros brebajes para recuperar sales y evitar la deshidratación, no hará otra cosa que provocar nuevos vómitos, y estos a su vez precisamente ocasionarán pérdida de sales y por lo tanto deshidratación. Dejar en reposo al estómago hasta que pasen unas horas sin vomitar es la mejor de las medidas a implantar.

No confundir vómitos con regurgitación. Los primeros van precedidos de las clásicas contracciones abdominales, en ocasiones verdaderamente violentas, y contienen desde alimento más o menos digerido, hasta contenido biliar amarillento o tan solo algo de líquido. Las regurgitaciones, por el contrario, son expulsadas sin apenas esfuerzos, tras una pequeña arcada, y en la mayoría de las ocasiones su contenido es tan solo agua y saliva. La utilidad de distinguir estos términos se debe a que las causas de ambos son totalmente distintas y el tratamiento no lo será menos. Por otro lado, mientras que las regurgitaciones no suelen tener gran trascendencia, los vómitos pueden indicar el preludio de algo más serio, como un cuerpo extraño en estómago o una obstrucción intestinal.

Un dato, los medicamentos a los que usualmente recurrimos para cortar los vómitos en las personas, no sirven para los perros y los gatos. Para nuestros amigos debemos recurrir a medicaciones específicas para ellos. En este sentido, debemos recomendaros encarecidamente huir de la automedicación. Creednos que es más seguro, práctico y eficaz una pequeña consulta o llamada a nuestro veterinario antes que meter la pata, y nunca mejor dicho. Incluso el veterinario lo agradecerá con tal de no tener que lamentarlo después.

Y hasta aquí nuestro primer capítulo. En el próximo trataremos las diarreas. Todos atentos al siguiente número de El Nuevo Arroyo.

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