Seis claves para entender la nueva tendencia
Hola amig@s. Una vez más aquí estamos para abrir un hueco a la luz despejando todas las dudas en un tema que a todos tanto os preocupa, la alimentación.
Para todos los que tenéis interés en la nutrición animal, en nuestra web, así como en nuestro perfil de Facebook podréis encontrar más artículos al respecto, y de manera mucho más dinámica en nuestro Twitter. Os animamos a que nos sigáis y de paso nos deis vuestra opinión.
Pero en esta ocasión vamos a tratar el tan comentado tema de los piensos libres de cereales, una nueva tendencia, fruto como el resto, de nuestra costumbre de humanizar a nuestras mascotas y considerar que lo que es bueno para nosotros, por extensión, también lo será para nuestros amigos, craso error en tantas y tantas ocasiones.
Actualmente muchas personas son diagnosticadas de alergias alimentarias, intolerancias a alimentos (ojo, que no es lo mismo una alergia alimentaria que una intolerancia alimentaria), y otros trastornos digestivos. Cuando esto ocurre, nuestro razonamiento nos lleva a pensar que dichos alimentos responsables de esas enfermedades son perjudiciales por el simple hecho de ser los culpables del proceso que uno sufre, cuando en realidad estamos hablando de procesos muy particulares de cada individuo, que para nada pueden suponer riesgo alguno para otros individuos. Y luego viene la segunda parte del razonamiento, “si es malo para mí, también lo será para mi perro o gato”. Pues bien, antes de llegar a este punto, aquí tenéis varios motivos por los cuales deberíais pensar muy bien las cosas antes de someter a vuestra mascota a comer algo que quizás no sea tan beneficioso como pensáis. Dichos argumentos han sido recogidos de artículos científicos, páginas de organismos internacionales y otras fuentes de absoluta confianza y profesionalidad.
1º NO hay evidencias científicas de que los piensos libres de cereales sean mejores para los animales que los piensos tradicionales, o dicho de otra manera, no estáis alimentado peor a vuestra mascota por darle un pienso de toda la vida, quizás incluso pueda ser al revés. Este es el primer punto, así de contundente, y podría servir como conclusión, pero es importante que sigáis leyendo el resto de los puntos para tener toda la información.
2º Los cereales que incluyen los piensos no son un “relleno”, como piensan muchos. Hay una idea errónea de que el arroz, que es el principal cereal, junto con otros cereales que contiene el pienso para perros y gatos no tiene valor nutricional, que solo sirven para dar volumen, cuando en realidad aportan nutrientes vitales (vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales). Algunos cereales aportan proteínas que tienen una mejor digestión que algunas proteínas de la carne.
NO ES CIERTO que los piensos libres de cereales estén libres de carbohidratos. Los carbohidratos son absolutamente necesarios en la alimentación, esto lo saben muy bien los fabricantes de alimentos para mascotas, y por eso, ante modas como la que estamos tratando, no tienen otro remedio que sustituir los cereales por otras fuentes de hidratos de carbono.
Esto entraña un riesgo, y es que los sustitutos de los cereales son por ejemplo las “patatas dulces” que contienen muchos más hidratos de carbono que por ejemplo la maíz de muchos de los piensos tradicionales.
Por otro lado, los piensos sin cereales pueden tener menos carbohidratos, debido precisamente a esta ausencia de cereales, y por lo tanto mayor proporción de grasas respecto del total de nutrientes, y cuanta más grasa, mayor aporte de calorías, con lo que ello conlleva, obesidad, enfermedades de piel y articulares, etc
Algunos sustituyen los cereales por almidones refinados con menos nutrientes y fibra. Otros hacen la modificación basándose en los fríjoles, los guisantes y las lentejas, que aportan hidratos de carbono, pero que son de una calidad totalmente diferente, e incluso pueden resultar perjudiciales para el sistema gastrointestinal.
4º Los cereales NO son los causantes de alergias alimentarias, o al menos, no son la causa más habitual.
Las alergias alimentarias suponen menos del 1% de los problemas de piel de las mascotas, y del total de las causas de alergia, menos de un 10% pueden ser atribuidas a los alimentos, y dentro de los alimentos, los cereales no son la causa más frecuente, antes lo son las proteínas de origen animal, como son el pollo, la carne de ternera o cordero y los derivados lácteos.
5º Los gatos no tienen intolerancia al gluten, y en los perros solo se ha demostrado científicamente intolerancia al gluten en una línea de Setter Inlgés con una alteración en el gen responsable del problema.
Por lo tanto, salvo esta línea de perros, no se conoce ningún perro celiaco, como así pasa con las personas que no toleran el gluten que contienen los cereales. Entonces, no tiene sentido que un propietario celiaco haga partícipe de su mal a la mascota que tanto quiere, haciéndole pasar por dietas injustificadas con los riesgos que ello puede significar.
6º Los lobos no comen cereales y los perros descienden del lobo. Una vez más, razonamientos de este tipo son los que nos llevan a cometer errores. Se sabe que el perro está domesticado y comparte su vida con el ser humano desde hace más de 40.000 años. Se ha podido demostrar que en todo ese tiempo, el perro ha tenido tiempo para adaptarse en muchos aspectos a la convivencia con el ser humano, entre otros, a todas las cuestiones alimenticias, por lo que los perros tienen un aparato digestivo diferente al de los lobos, lo que les permite digerir alimentos como los cereales sin producir en ellos ningún tipo de trastorno.
En definitiva amig@s, no seremos nosotros los que os digamos lo que tiene que comer vuestra mascota, pero lo que sí haremos desde la Clínica Veterinaria La Flecha, es aconsejaros lo mejor para vuestro animal y de paso, abriros los ojos ante tanta leyenda urbana, ignorancia o tendencia con intenciones mal concebidas. Cada uno debe pensar lo que considera oportuno dar de comer a su perro o gato en función de la relación calidad-precio de cada pienso, y dentro de estos, aquel pienso que a nuestra mascota más le gusta, mejor le sienta en función de la consistencia y volumen de heces, y que luego mejor se refleje en la calidad del pelo, la piel y la energía que le permita disfrutar de la vida.