Hola amig@s
No podemos ocultar nuestro orgullo con uno de nuestros amigos. Se trata de «Ares», un «pequeño» rottweiller de casi 50 Kg, que acaba de conseguir el título de perro de terapia, es decir que gracias a su magnífico carácter, ahora «Ares» podrá trabajar en el tratamiento de personas con problemas.
La verdad es que los que conocemos a este colega no nos sorprende, y mucho menos cuando detrás está la estupenda labor de Mario, su docente.
Este título tiene un doble valor, al menos para nosotros, ya que desde el mundo veterinario, siempre hemos considerado muy injusta la ley sobre perros potencialmente peligrosos (PPP). No vamos a entrar a discutir esta estúpida ley, pero aquí está la prueba de su inutilidad. Con casos como el de «Ares» y Mario es donde se demuestra que la peligrosidad de un perro no está directamente relacionado con la raza, si no con el individuo en sí y con quién detrás de él está para corregir conductas y educar en un comportamiento sano.
Si además de ser un perro de terapia, te encuentras con que se trata de un rottweiler, el mérito es doble. Enhorabuena chicos, vosotros hacéis grande a los perros de terapia, y pequeños a los que ponen etiquetas sin sentido.