Hola amig@s. En honor a los que tienen …taitantos, hoy vamos a hacer un pequeño homenaje a ese programa infantil de tan grato recuerdo y en especial a uno de sus personajes más queridos, «Coco», el monstruo azul. Así que hoy os vamos a enseñar la diferencia entre «dentro» y «fuera», y para ello nos vamos a servir de la ayuda de dos amigos de la clínica, «Ukay» un precioso golden retriever, majo como él solo (qué raro tratándose de un golden, verdad?) y «Willy», un muy veterano mestizo, cruce de fregona con barra de pan, al que sus bondosas dueñas postizas han querido dar una dulce vejez retirándolo de las calles de su pueblo, de donde era el perrito de todos, y a la vez de nadie.
En el caso de «Ukay», en una visita rutinaria para ser vacunado de la rabia, se le detectó un asimetría de los testículos, más alla de lo considerado como normal, y es lo que tienen las visitas de este tipo, que no nos podemos estar quietos, y antes de vacunar les tocamos de todo, y cuando decimos todo es todo. Al final, la vacuna es lo menos importante, y procuramos aprovechar la visita para explorar y hablar de
Testículos de «Ukai», donde se aprecia la diferencia de tamaño.
muchas cosas. Algo tan sencillo y cariñoso como una ecografía testicular nos demostraba que uno de los testículos tenía en su interior una estructura de tipo masa, que con toda seguridad se trataría de un tumor. Podríamos haber realizado una citología de esa masa, pero el binomio aguja y testículo no suele dar muy buena impresión si no todo lo contrario, y tras hablar con sus dueños, se decidió ir por la calle del medio dadas las circunstancias.Habría que castrar. Una sedación con anestesia local en la zona nos permitía extirpar no solo el testículo tumoral, si no también a su compañero. Tras esto, una pequeña sutura intradérmica, como las que se realizan en cirugía estética, y problema resuelto, el tumor de testículo había pasado a ser historia.
La flecha indica el relieve que hacía el testículo dentro del abdomen de «Willy»
Esa misma semana, el pequeño «Willy» se presentaba en la clínica veterinaria La Flecha ya que sus dueñas no le veían muy bien, estaba muy delgado y estaba decaído. Enseguida nos percatamos que algo de gran tamaño ocupaba gran parte de su abdomen. Esto, unido a que solo se le palpaba un testículo, nos dejaba más que claro que el testículo que no estaba donde debería de estar, ahora estaba dando la cara empujando la pared abdominal. Nuevamente una ecografía, pero esta vez de abdomen, nos hacía ver la luz y el testículo. En este caso el panorama era totalmente diferente a «Ukay», ya que para poder extraer ese testículo íbamos a tener que hacer una cirugía bastante mayor, habría que acceder al abdomen. Además, esto implicaba una anestesia general y para poder hacer esto con ciertas garantías, se hacía necesario un chequeo preanestésico que incluya analíticas, electrocardiografía
y una radiografía previa de torax que nos permita descartar posibles metástasis en pulmones. «Willy» nos volvió a sorprender una vez más gratamente, ya que sus pruebas preanestésicas eran correctas y podríamos realizar la cirugía. Todo fue de maravilla y su testículo tumoral se extirpó de manera limpia y sin incidentes. Ahora solo faltaba que nuestro encantador amigo se recuperara de todo el trajín, su aspecto hacía pensar que no eran precisamente fuerzas lo que le sobraba. Encima, la sutura no era como la de «Ukay», la incisión era bastante mayor e iba a requerir un periodo más prolongado de recuperación. Ah, y por supuesto, el otro testículo llevó el mismo camino que su hermano mayor, es decir, se le extirpó como se hizo con «Ukay». No vamos a hacer chistes fáciles del uso e interés que tiene un testículo solitario a perros de estas edades.
Resultado final tras la castración de «Ukai» con la sutura intradérmica
Es muy habitual oír por la calle que los testículos que no están en su sitio (criptorquidia) son dados a producir tumores. Pues bien, aunque esto es cierto, como así lo demuestran los estudios estadísticos, la realidad es que como veis, tampoco los perros que tienen los testículos en su sitio se libran de algo ciertamente frecuente como son los tumores. Para tranquilizaros, os diremos que los tumores malignos de testículos son extremadamente raros, la inmensa mayoría son benignos, como así eran los de nuestros amigos, demostrado por biopsia.
Resultado final de la cirugía realizada a «Willy»
En ocasiones, si el tumor además produce algún tipo de hormona, se pueden dar cambios en el paciente, que generalmente consisten en problemas de alopecias y mala calidad de pelo, así como cambios de comportamiento, con feminización, atracción de otros machos y más conductas un tanto curiosas, por no decir que simpáticas. Claro, la gran diferencia entre «dentro» y «fuera» es la cirugía que implica, como habéis podido comprobar en ambos casos. Todo lo demás se puede decir que es igual, la indicación de castrar, el pronóstico a largo plazo, las consecuencias …
De esta historia, solo queda una tema para la reflexión, pero que os vamos a dejar a todos vosotros. Dado que los tumores de testículos tienen una incidencia un tanto elevada, ¿pensáis que la castración es beneficiosa con carácter preventivo tengan o no los testículos en su sitio?. Ahí lo dejamos.
Actualmente, «Ukay» y «Willy» viven plácidamente en sus respectivos pueblos, en compañía de sus responsables dueños. Son felices, porque aunque ya no pueden presumir de sus atributos, a su edad tampoco les iba a servir para darse muchas alegrías, y por el contrario, su ausencia les permite olvidarse de echar canas al aire y ligar, pero sí en disfrutar mucho de su magnífica vejez en compañía de sus respectivas familias humanas hasta que la naturaleza dicte sentencia. Y mientras, nosotros seguimos con nuestra rutina y la satisfacción del trabajo bien hecho, esperando encontrar otro motivo para contar otra HISTORIA DE NUESTRA CLÍNICA.
