Hola amig@s, vamos a dedicar este artículo a todos esos perros, y por qué no, también gatos, que tan frecuentemente vemos pasear por nuestras calles, y que si por algo se caracterizan es por sus ojos saltones, enormes, y por su morro corto, pero también por su carácter simpático y cariñoso hasta la obsesión.
Sin embargo, habréis podido comprobar que muchos de ellos acompañan a su vertiginoso movimiento de cola o de grupa, un preocupante ronquido ruidoso cuando no angustioso, agravado en las épocas de calor. Este es el síntoma principal de un síndrome que se conoce como Síndrome Braquicéfalo.
Dicho síndrome, como síndrome que es, se corresponde con varias anomalías o defectos anatómicos congénitos que en mayor o menor medida provocan el mencionado ronquido, pero que en realidad solo son el vértice de un problema mucho más serio y que puede entrañar problemas serios para la salud de nuestra mascota además de una merma en su calidad de vida en cuanto el animal trata de hacer ejercicio, jugar o simplemente tener algo de actividad, especialmente cuando hace calor.
Cada vez se van identificando más motivos que originan o agravan el síndrome, pero en este artículo vamos a mencionar los tres principales.
1- ESTENOSIS DE LAS NARINAS: se trata de estrechamiento de los orificios nasales hasta tal punto que apenas pueden introducir el aire que su cuerpo les demanda.
2- PALADAR BLANDO ELONGADO: como sabéis, la zona superior de la boca es el paladar duro, se continua hacia el fondo de la boca en lo que se conoce como paladar blando ya que como su nombre indica está constituido por un tejido mucoso que le hace ser menos rígido. Dicho paladar blando, en estos perros es tan largo que llega a tocar la glotis, esa “valvula” que separa la vía digestiva de la respiratoria, tapándola y provocando que el aire no penetre en la tráquea para llegar a los pulmones, y cuando lo hace, es con gran dificultad y emitiendo el característico ronquido al vibrar como si aleteara.
3- EVERSION DE LOS SACULOS LARINGEOS: se trata de una especie de ampollas localizadas en la laringe, que ante los esfuerzos del animal por inspirar, provoca su eversión a modo de ampolla o burbuja, dando lugar a un menor espacio para el paso del aire.
Se puede decir más alto, pero no más claro, el síndrome braquicéfalo es una enfermedad creada por el hombre. Se han seleccionado perros con un morro cada vez más chato, sin prestar atención a que el paladar no se encogía en la misma medida, y se agravaba con una lengua enorme, que ocupa toda la boca hasta el punto de tapar el paso del aire al jadear. Por otro lado, la trufa cada vez tenía unos orificios más estrechos porque “nos gustan” así de chatos, dificultando una correcta inspiración.
No debemos olvidar que los perros NO SUDAN. Para eliminar el calor corporal se valen del jadeo característico, pero si éste está dificultado por cuestiones anatómicas, los pobres apenas podrán tolerar el calor ya que estarán incapacitados para eliminar ese exceso de temperatura. Son animales en verdadero riesgo de padecer algo tan peligroso como es el golpe de calor.
Es una pena que animales con el carácter tan maravilloso como el de los bulldog inglés, bulldog francés, carlinos, bóxer,etc tengan que sufrir con verdadera angustia este tipo de situaciones de asfixia por una mala política de selección de los padres en el proceso de cría amparándose en una falsa belleza que acarrea este tipo de anomalías sin pensar antes en las consecuencias para el animal y su calidad de vida. Sin embargo, no es menos cruel considerar el ronquido como algo “normal” en estas razas y amparase en esta excusa para no hacer nada por mejorar la vida de la mascota. Porque hay que dejar claro por un lado que esto no es ni normal ni bueno, y por otro lado, que se puede y se debe hacer algo por estos encantadores animales. Obviamente, la solución pasa por la cirugía, y corregir con el bisturí lo que una mala selección genética ha provocado.
La solución por lo tanto, empieza por reconocer el problema, y después de identificar todas las anomalías que ocasionan la dificultad respiratoria, plantear la estrategia quirúrgica más adecuada, de tal manera que si no se soluciona del todo, al menos consigamos mejorar la respiración del animal, para permitirle una vida normal con una actividad acorde con el carácter del individuo, y no limitada por su imposibilidad por respirar.
Es importante tener claro que para que tengamos éxito en la solución del problema, éste se debe identificar lo más pronto posible. Está demostrado que la gravedad del síndrome braquicéfalo aumenta con el tiempo y van apareciendo nuevas complicaciones a medida que dejamos que el proceso avance sin hacer nada.